Made in jaspain

Paisajes de cultivos acariciados por el mismo viento que crea música al pasar entre las ramas de los árboles. Tras la caída de las flores, precedido por un animal invulnerable que limpia de impurezas el mundo, los árboles expanden sus raíces en la tierra. El sol con tono anaranjado atisba con ocultarse o salir. Una voz clama en el desierto a las orillas de un río. Los pájaros migran por el horizonte a su hogar. Un aroma de tierra recién mojada por las primeras gotas de una tormenta de verano, forma mi primer recuerdo.


Césped, césped y más césped


No es por falta de recursos cuando hablo de lo que ocurre sobre y bajo él, el césped, tan bello y tan ausente en mi jardín. No dejo de soñar en presente como viviré el verano. 
Siento el césped bajo mi espalda mientras miro el cielo sin pensar en nada. Una liebre y su lebrato corren por el jardín y con sus pelos rozan mis pies. Pasan los minutos como nubes con forma de animal mientras espero vivir la historia de un cuento simple. ¡Un verano feliz con mucho césped!

En el camino de la noche


No busco tu venganza, y menos por el defecto que nadie conoce de ti. Después de años buscando el punzón con el que marcar los puntos periféricos de mi rostro para arrancar con las uñas mi cara, he decidido que mi deformidad no es impedimento para vivir. Tú, que en sueños me dijiste que me suicidase, has fracasado en tus deseos. No necesito que los libros hablen de mí para ser importante. Habito más allá de las opiniones acerca de mi vida triste, divertida o vida a secas. Mi misión comienza a avivar en mi interior para abrirme los ojos ante una realidad dominada por alguien que nadie conoce. La fuerza de tu ambición por poseerme pereció en el momento en que me creaste. Hago un viaje a la muerte para traer de vuelta a los que se perdieron. 


Yogures hechos con la receta del diario escondido en el jardín


Hoy es un miércoles como otro cualquiera, exceptuando que es jueves. Poso un pie y empiezo a caminar. Nuevas experiencias escuchadas de personas apenas conocidas me ayudan a comprender el sentido de las melodías. Aprendo a convivir con las penurias para tratar de estar bien. Sé que las nubes están más altas que nunca, pero eso no me impedirá poder alcanzarlas. Quiero saltar y dejar caer un puñado de tierra desde el cielo. Sabiendo que la locura no es un ingrediente común en las recetas caseras, es arriesgado usarla para hacer yogures.


Apología por su carencia


Quiere encontrar esperanza pero no la encuentra. El auge interior no es suficiente cuando siente su abandono en el atardecer de cada día. Todo su mundo está cubierto de la soledad que siempre temió. Cuando mira por la ventana, piensa que la desintegración de sus principios hace que no pueda encontrar la solución a sus problemas. La sangre se pierde entre sus órganos llegando al final de su sensatez finita. Se tumba en la cama y la protección oscura de sus ojos cerrados permite que vea un destello blanco al oír el estruendo de un disparo en su corazón. 

¿Dónde están mis alas?


Edificios grises que se derrumban inundando la atmósfera de una nube de polvo en una noche fría y despejada. Seres que al otro lado del mundo suplican ayuda mientras siguen con su constante existencia. Pierdo la respiración en el fondo de un océano en el que creía sentirme a salvo. Enjaulado por barrotes de hierro, un redentor perdido sufre en sus carnes la miseria de los que imploran su auxilio. No es el fuego quien lo ha encerrado. Lentamente mueren los segundos de un espejo frío apoyado en la pared de una habitación abandonada en una casa senil. La perdida de la aparente alegría es la que nos conduce al origen de la partida. Las vidrieras lloran con el paso de la oscuridad camino del altar afrentado.