Fruit time



Me queda un paso para la independencia. Sigo atado a la libertad por una cancion que me encadena las manos al mundo de las torturas en un mundo de colores. Mi corazon se descongela al sol de una mañana de invierno dentro de un despiste, al atardecer ya siento el pulso en mis venas. La rabia contenida por la congelacion ahora calienta mi cuerpo, y aunque sienta felicidad tengo que matar a alguien.


Risas en la lejanía



Reflejos que manifiestan la tristeza enterrada y luces que revelan la felicidad oculta en un mismo escenario. Ganas de vivir ante las adversidades temporales del engaño enmascarado. Olvidar lo infame para adentrar en el mar colmado de fuerza. La locura no es lo único que produce color en los suelos. 


Fantasía


Cielo azul sobre un césped verde alimentado de sueños de quien reposó en él. Nadie se queda en el intento, hay un espacio para todos, lejos de las desgracias. La vida en un cuento nunca acaba mal. Burbujas que estallan en millones de gotas brillantes mientras los niños ríen y juegan bajo ellas. El pensamiento de un mundo idílico me destruye, no puedo escapar, 

ayúdame.



Noche sin sol


Muerte de jóvenes al atardecer en un ambiente oscuro oculto entre la niebla de un bosque escondido en la esquina de mi habitación. Ropajes negros desgarrados con encanto natural que atraen sonrisas ingenuas que me llenan de rabia. Juguetes que pasan por mis manos sin conciencia de lo que son ni de lo que hacen. Canciones de las que no se espera nada, gustan, y después, producen tristeza de quien las acompaña para potenciarse con su bienestar. Bailan como grandes estrellas de la música hasta romperse. Me alimento de su felicidad en este ambiente hostil.