Hastío involuntario



Pantalones cortos azul cerúleo claro conjuntables con camisas de colores lisos apagados, camisetas estampadas con motivos veraniegos y zapatos llamativos para quien los mire. Salgo a la calle sin pasar por el espejo, suerte para algunos, desgracia para otros. El taxi me espera en el portal para llevarme a otra aburrida e interminable fiesta de embajada. Rodeado de millones de euros gastados en complementos que valen más que sus poseedores, me siento en una silla mientras contemplo el panorama, consigo divisarte en medio de la fiesta, pero cuando me acerco a saludarte, recuerdo el enfado pasado mantenido por orgullo y por el cual, no te volveré a dirigir la palabra, nunca.