Tras la afinidad
Me posees, me infectas y un dolor estremecedor recorre mi
cuerpo hasta inyectarse en mi corazón.
Poco queda de mis recuerdos borrosos que
pasan a toda velocidad sin poder pararme a reparar en las sensaciones vividas.
Nunca
quise caer en la trampa de nadie, pero con tu personalidad hipnótica imposible
de combatir no pude aguantar.
Vivo contaminado, quemándome por dentro sin poder
anteponerme a las sensaciones que explotan en mis venas.
Soy una marioneta
ajada olvidada en un desván abandonado.